Este jueves, las autoridades japonesas han levantado la alerta emitida la semana pasada por un posible ‘megaterremoto’, tras observar una disminución en la actividad sísmica en la región.

La alerta se había originado después de un terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que activó temporalmente la alerta de tsunami. Aunque las autoridades aconsejaron a la población estar preparada, no se recomendó la evacuación de ninguna zona específica.

Desde 2017, Japón ha dispuesto de este tipo de alertas, pero hasta ahora no se había utilizado. La atención estaba centrada en la fosa de Nankai, donde se encuentran las placas euroasiática y filipina, y se temía la ocurrencia de un terremoto con magnitudes de 8 o incluso 9 en la escala de Richter.

La Agencia Meteorológica de Japón ha informado que, durante la última semana, los sismógrafos no han registrado actividad sísmica preocupante en la zona. Por lo tanto, se ha decidido cancelar la alerta que afectaba a 707 localidades, según la agencia de noticias Kyodo.

En la prefectura de Kochi, que podría experimentar un tsunami de hasta 34 metros en caso de un megaterremoto, se prepararon cien centros de evacuación. Sin embargo, solo 63 personas han buscado refugio en estos centros.