Luego de que en 2023 más de 500.000 personas atravesaran el tapón, ingresar a Panamá se ha vuelto cada vez más difícil.

Luego de que en 2023 se registró la mayor crisis migratoria en la historia del Darién, los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos –que es el destino que buscan la mayoría de las personas que atraviesan el tapón–, han implementado múltiples estrategias para mitigar esta problemática.

Entre las acciones más destacadas se encuentran los cierres de puntos específicos con alambres, el aumento de pie de fuerza en la selva y varios vuelos humanitarios en los que han sido devueltos más de 800 migrantes, a excepción de Venezuela por la terminación de las relaciones entre el gobierno de José Raúl Mulino y la dictadura de Nicolás Maduro.

Debido a que los ciudadanos venezolanos son los que más llegan a Panamá desde el Darién, el gobierno panameño ha buscado intermediar con países terceros para que reciban a los migrantes, pero hasta el momento no tienen un acuerdo con ninguna nación.

A pesar de estos puntos sin resolver, en lo corrido del 2024 se ha registrado una reducción del 38% sobre paso de migrantes por el tapón del Darién.

La alternativa que se ha hecho popular tras el Darién

Mientras las autoridades alardean de la mejora en las cifras sobre paso de migrantes en el Darién, un informe de La Razón expuso lo que sería la nueva estrategia que está siendo implementada por migrantes y grupos delincuenciales para permitir que cada vez más personas puedan llegar a Centroamérica y continuar su recorrido hasta Estados Unidos.

En este se informa que debido a que el temor de ingresar al Darién ha aumentado y que hay más presencia de las autoridades en el ingreso a Panamá; cada vez son más los migrantes que contratan a lancheros para que los lleven desde el Chocó hasta Costa Rica.

Al ser más difícil el paso por el Darién, mucha gente ha decidido cruzar por la vía marítima, incluso que hay gente que se dedica al turismo, pero que más bien hoy están llevando a algunas personas hasta Costa Rica, que son como cuatro horas en barquito”, declaró Eunice Rendón Cárdenas, directora de la iniciativa Agenda Migrante.

El medio citado afirmó que los lancheros estarían cobrando entre 2.000 y 3.000 dólares por persona que quiera iniciar esta travesía, que también pone en peligro su vida, puesto que este tipo de botes no están adaptados para navegar en medio del mar.